Enculé a un chavalín

 Si bien este es un blog que suelo contar las mamadas memorables que he realizado; también me gustaría contar otras situaciones en la que he disfrutado mucho del sexo.

Me suelen gustar todo tipo de hombres: mayores, menores que yo...lo importante es que haya química. Y tenía un chico bastante más joven que yo, con el que solía quedar a veces.

No porque sea mucho menor que yo los chavalines son siempre pasivos: he recibido verdaderos pollazos de tíos a los que les sacaba 10 años o más. Pero este en concreto, si quera era un delicioso pasivo muy enculable.

 Y en dichos términos quedamos. Aquí el dominante iba a ser yo. Nos vimos en un lugar conocido cerca de mi ciudad, y le recogí con mi coche. 

Me encanta ese tiempo previo en que voy con alguien en el coche sabiendo que lo llevo a su destino. Era verano, y venía con unos pantalones cortos tejanos y camiseta. El chico es rubio claro, ojos marrones y cara muy de niño. Él tenía 21 años y yo unos 32 en ese momento. 

Llegamos al descampado que ya conocíamos y me puse cómodo. Ya habíamos hecho eso otras veces, así que me retiré los pantalones y expuse mi  rabo que ya estaba tieso. Mi rabo está bastante bien, unos 16-17cm grosor normal y con un buen capullo, pues estoy además circuncidado. 

Ariel (nombre inventado) empezó a bajar lentamente a mi polla y le acompañé suavemente con mi mano en su nuca. Empezó a succionar mi miembro, primero lento, y después le animé a que aumentara la velocidad con la ayuda de mi mano, cogiéndole con firmeza su cuello por la nuca. He estado muchas veces en su posición de chupa pollas; con lo cuál sé cómo lo tengo que hacer para que me dé todo el placer que espero; y él aproveche hasta el último centímetro de mi rabo.

Cuando estuve satisfecho de que me limpiara el sable, le invité a bajar del coche.

El sitio es solitario, no había nadie, así que prefiero hacer cosas fuera del coche, que es más cómodo. Lo siguiente que quería hacer era penetrarlo. Romperle el ojete, y no es figurado, porque sé que tiene un culo estrecho donde cualquier rabo que se meta ahí disfruta un montón.

Le bajé completamente los pantalones, me puse el condón, y empecé a ponerme mucho lubricante, en mi polla y en su culo.  El estaba apoyado con las dos manos en el lateral del coche, las piernas un tanto abiertas, y exponiendo su culo. No me miraba, tan solo esperaba. Yo lo abracé por detrás, y empecé a rozar mi rabo con su culo; en una previsión de lo que se iba a acontecer.

Cuando estaba bien excitado, coloqué el rabo en la entrada de su orificio. Poco a poco fui presionando. El ojete se resistía al principio, pero al poco empezó a entrar la cabeza de mi polla.

- "Hummmm..auffffff" - gimió el jovencito

Ya está. Cuando entra la parte más cabezona de mi rabo, lo siguiente seguro que entrará más rápido. Seguí presionando suavemente para notar como absolutamente cada centímetro de mi rabo penetraba el culo de Ariel. La metí hasta los huevos. ¡Dios!, cuanta presión hacía su culo contra mi polla. Os advertí que era estrecho. Toda mi polla era presionada por la cavidad en la que estaba, por todas sus paredes. 

 

- "Oohhhhh " - gemía el chico, que ya había aceptado a mi miembro para que se alojará un tiempo en su culo

 

ME encantaba esa sensación. Había abierto el culo de ese jovencito con mi polla, y ahora me pertenecía un rato.  Empecé el vaiven poco a poco, notando como se deslizaba mi polla por su culo bien lubricado pero con una presión que no disminuía. El culo de Ariel es un culo de gimnasio bien trabajado, joven, muy redondo. Puse mis dos manos en su cadera, y aceleré la follada. Era tan placentero follarse ese culo. Mis pelotas ya empezaban a rebotar con su culo debido a la potencia de mis embestidas.

Un culo tan prieto y placentero no me da mucho tiempo para durar. Al cabo de unos poco minutos de follarle le dije que me iba a correr. Evidentemente su culo estaba ahí para sentir como me corría dentro (con el condón, claro). Así que en un extásis de placer empecé a soltar grandes chorros de esperma, mientras mantenía firme cogido su culo y aminoraba el ritmo. Una embestida a cada trallazo, está vez más suaves. 

Cuando acabé de soltar todo mi semen, retiré mi polla. ME encantó ver como quedó su agujero un poco abierto; marca que iba a tener durante unos minutos aún, como recuerdo del macho que le había follado y poseído durante un rato.

No recuerdo si el se corrió o qué, posiblemente en la hierba. Pero no era algo que le diera importancia si el pasivo no me lo pide. Le llevé a su casa en coche con un conversación muy amena. Al levantarse e irse caminando por la calle, dí un último  vistazo a ese culo marcado en los tejanos que hace nada, me había pertenecido.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo me siento y tu de rodillas a comer polla

Me follaron la boca por un gloryhole en BoyBerry

El militar judío