El maduro preña gargantas

Hay algunos tíos que les encanta esto de soltarte la lecha en la garganta. Este es el caso de un tío de unos 50 y largos que tiene por fetiche follarte la boca hasta que lo descarga todo.

A Sebastian le conocí por la aplicación de Grindr. Él estaba por la zona de paso (creo que por trabajo) y vió mi perfil, en el cuál expongo claramente lo que me gusta: usa mi boca y garganta poara follartela hasta que te corras. 

Me escribió un mensaje escueto pero muy directo.

¿Quieres leche?

 

Con el mensaje adjutaba un buen pollón y el cuerpo de un hombre de 50 y tantos años pero que se notaba trabajado en el gimnasio. Su actitud era maravillosa: "Cuando llegue te voy a poner de rodillas y te voy a follar la boca y garganta". Además, me avisó que lo que le gusta es follar la boca hasta correrse, y que no iba a avisar.



Yo estaba excitadísimo. Él era un verdadero macho que le gusta de servirse de bocas mamonas que tan solo reciben la polla y la succionan a voluntad del activo. Así que fuí a preparme un poco: me puse unos jockstraps, me asee un y preparé agua fresca para no quedarme seco durante la mamada.

Estuve esperando un poco y al cabo de unos minutos sonó el interfono. Abrí la puerta de abajo y deje un poco abierta la puerta del piso. No pasó 1 minuto que entró por la puerta y saludó con un escueto "hola". El recibidor estaba un poco a oscuras, pero lo suficientemente visible para poder ver toda la acción reflejada en ell espejo que tenga en la entrada.

El tipo dejó algunas pertenencias en la mesita de la entrada y con un brazo firme me apretó contra el, notando ambos paquetes rozándose. Con la otra mano me metió mano en el culo que manoseó a voluntad. Debió notar que yo ya me había empalmado un montón. No tardó en presionarme el cuello para que bajara al pilón a trabajarle el rabo.

Me puse de rodillas y Sebas se bajó los pantalones. Hundí mi boca en su paquete el cuál ya estába a punto a explotar. Él no tardo en bajarse la ropa interior, y salió disparada un rabo duro de unos buenos 20cm. Empecé a olerlo y lamerlo, y él me metió al poco los dedos en la boca para que la abriera ligeramente. Hundió todos esos centímetros poco a poco en mi boca hasta llegar a la garganta.

El tipo empezó a follarme la boca durate unos buenos minutos. Iba cambiando el ritmo, suave, lento, pero a veces rápido y violento. Había momentos de acometidas muy duras en los que su polla llegaba tan a dentro de mi boca que se deslizaba por la garganta, ocupando gran parte de ella y sin dejarme repirar. En los momentos de más calma, aprovechaba también para comerme sus huevacos gordos, lo cuál él agradecia.

La estampa en el espejo era espectacular. Yo de rodillas aguantando las embestidas de ese macho, con un pollón de 20cm que deslizaba en mi boca a voluntad. 




En uno de los ratos de mayor follada frenética, noté que Sebastián aceleraba un poco más el ritmo. Como me estaba quedando sin aire de nuevo, pues su polla estaba completamente invadiendo toda mi boca y garganta, hice ademan de apartar su polla de mi boca. Entonces musitó un "espera, espera"...así que aguanté un poco más el aire y relajé la boca para que siguiera follandola a placer. Entonces, en una última embestida, empotró su rabo aún más adentro de mi garganta y lanzó unos cuantos suspiros al aire, mientras note de forma sútil como su lefa se deslizaba por mi garganta en borbotones. El tío tenía la polla tan a dentro metida que ni siquiera saboree la leche: fue directa a la garganta.

El chico retiró la polla de mi boca indicandome con un gesto que había terminado, porqué  mi cara de sorpresa indicaba que no estaba seguro de lo que había pasado. Fue una maravilla: había depositado toda su lefa directamente en la garganta de lo profunda que había llegado la follada de boca.

El tipo de limpió un poco en el baño y tras un escueto "Adiós" se largó. Yo me quedé empalmado todavía, y maravillado por la experiencia.

Serian dos veces más en los que iria yo esta vez a su casa y repetiriamos un proceso similar. Es decir, este macho, me ha preñado 3 veces la garganta. Y las que espero que queden aún.


 

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