Empotrado contra la pared
Hoy voy a redactar una experiencia de lo más morbosa que tuve en una sauna en Madrid. Entré en la sauna y me puse a pasear por las habitaciones. Había bastante gente, todo era muy morboso. Se sentían ruidos de gustazo por todos lados, de comidas de polla y folladas. Yo me estaba poniendo muy cachondo con todo aquél ambiente, y esperaba encontrar algún macho para comerle el rabo. No siempre es fácil ver a aquél que tan solo quiere darte polla para comer. Pero en una de las cabinas, un hombretón estaba sentado en la cama bien espatarrado. Estaba fumando lo que parecía ser un porro, e iba mirando a quien pasaba por delante de su cabina. Nos cruzamos la mirada y yo me quedé en la entrada de la cabina, esperando. El tío era corpulento sin ser gordo, sobre los 35 largos. Facciones muy marcadas, moreno, pelo medio largo rizado, y con poco vello. Se le apreciaba un buen culo, y también un buen rabo, a tenor de lo que se intuía en la toalla. Como estaba interesado, el tío se saco la toa...